Crítica: "From The Sky Down", por Alan Cross

Es apropiado que el 36º Festival anual de Cine Internacional de Toronto abriera con un documental sobre U2, una banda que está celebrando sus 36 años juntos. Cuando la primera edición del festival estaba en marcha, el grupo se convertía en U2 teniendo sus primeros ensayos en la cocina de los padres del baterista.

Pocas bandas llegan a su cuarta década. Y como Bono dice en "From the Sky Down," el pasado puede llegar a convertirse en una desventaja. U2 hace mucho llegó a un acuerdo con el hecho de que ellos están bien a una mediana edad como individuos, como una entidad musical y como una corporación multinacional. Tanto como puedan avanzar, se sentirán bien mirando hacia atrás.

"From the Sky Down", título tomado de la secuencia de la era de "Joshua Tree" donde Bono explica cómo las canciones nacen, es la exploración del direcetor Davis Guggenheim de la época oscura a finales de los 80s y principios de los 90s cuando U2 había perdido su camino. Su imagen se volvió confusa, sus fans comenzaron a cuestionarse y las canciones empezaron a escasear. Esa es la historia de cómo se derrumbaron en ese túnel para emerger más grande que nunca.

Y en el fondo, se trata de un estudio de lo que significa estar en una banda, un clan, como énfasis de la película, y cómo cuatro tipos han manejado el mantenerse juntos desde el tiempo que eran adolescentes.

La película está sustentada por imágenes de la banda preparándose para ir a Glastonbury en junio de 2011. Y mientras hay un montón de muy buenas imágenes de recuerdo y videos de archivo (llenos de malos peinados, incluso de The Edge), la película captura la mediación de la banda en el hacer o quebrar la existencia de U2. Mucha de esa discusión viene de las grabaciones en el Burton Cummings Theatre de Winnipeg del 28 de mayo, cuando U2 ensayaba algo del material de "Achtung Baby" para su aparición en Glastonbury.

Algunas de mis secuencias favoritas involucran las reproducciones de DATs de las primeras sesiones en Hansa Studios en Berlín. Después de semanas de desalentarse en callejones sin salida, una zapada se convierte en un canción llamada "Sick Puppy." Cuando ellos trabajan en eso, escuchamos en tiempo real, con Bono pidiendo cambios de acordes para encajar en la melodía que le está saliendo de su cabeza, que "Sick Puppy" empieza a resolverse en "Mysterious Ways" en el curso de solo algunos minutos. Luego, un puente musical abortado para esa canción se convierte en la base de "One", momento decisivo no solo para las sesiones y el disco, sino que para la banda en sí misma. Mirar la secuencia, y escuchar ahora cómo esas canciones nacieron, es fascinante, incluso para los que no son fans de U2.

Me gusta la manera en que Davis Guggenheim maneja sus temas en su entrevista. Es obvio que U2 confía en él (gracias, probablemente, a la participación de The Edge en el brillante documental de Guggenheim, "This Might Get Loud" de 2008), sin embargo, ellos no confiaron completamente en él. Mientras la película cubre el desgarradoramente triste divorcio de The Edge, pasa por alto casi completamente el oscuro período de Adam Clayton con el alcoholismo que lo tuvo cerca de ser echado de la banda.

Otros fans podrán estar molestos por cómo U2 parece rechazar la versión "The Joshua Tree" de la banda por ser demasiados formales a serios, tan blanco y negro. Alguien más que conozco criticará la película por la edición. "El arco de la historia no fue elaborado apropiadamente." Y en retrospectiva, tiene su punto. Este es un hombre que sabe sobre tales cosas.

Aun así, aprendí un poco más acerca de una banda que creía conocer bien. Si eres fan, te encantará. Te verás sorprendido al escuchar en las voces de U2 sus inseguridades y miedos. Verás un muy enojado Bono fundirse luego de que algo no saliera bien en el escenario. Las secuencias animadas son muy inteligentes.

Y si no lo eres y estás forzado a verla, al menos saldrás con una nueva apreciación de lo que se necesita para ser U2.

Fuente: AlanCross.ca